lunes, 24 de diciembre de 2007

25 DE DIC¡FUN, FUN!, MEJOR QUE DIGA ¡UFF! ¡UFF!



La exigencia de un fuerte ritmo de trabajo, la realización de tareas repetitivas y la ignorancia por parte de los empresarios de las opiniones y sugerencias de los empleados son unas de las principales causas de los accidentes laborales, que cada año acaban con la vida de un millar de trabajadores. Los expertos mantienen que es necesario un cambio radical del modelo de crecimiento económico para frenar los riesgos profesionales. A su juicio, no es suficiente con las últimas reformas laborales encaminadas a asegurar una mayor protección de los trabajadores ni con el desarrollo mediante decretos de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.Las conclusiones sobre los accidentes profesionales figuran en el segundo anuario social elaborado por un grupo de investigadores, bajo la dirección del catedrático de Economía, Vicenc Navarro, titulado 'La situación social en España'. El libro se basa en datos del 2004 pero su proyección sobre el presente permite una visión actual de la situación. Su publicación ha sido impulsada por la Fundación Largo Caballero, vinculada a UGT con análisis amplios que giran sobre el estado de bienestar, en el que España suspende en relación con los países de la Unión Europea de los Quince.El capítulo dedicado a salud laboral está realizado por los profesores universitarios Marcelo Amable y Joan Benach. Los informes reflejan que las principales causas de los accidentes laborales son consecuencia directa de la organización del trabajo y están vinculadas a la presión ejercida para alcanzar mayores niveles de productividad.Esta percepción de riesgos se expresa de manera más clara entre quienes poseen contratos temporales, un colectivo mucho más expuesto a las presiones y a las exigencias laborales. Las ocupaciones de los trabajadores accidentados son, en su mayoría, las peor situadas dentro de la división de las empresas. Acaparan las tres cuartas partes de los siniestros. Los puestos pertenecen a personas sin demasiada experiencia, jóvenes en su inmensa mayoría, con contratos temporales y con una gran exigencia y carga de trabajo, es decir, prácticamente todos aquellos trabajadores que se encuentren en el segmento laboral secundario, carácterizado por trabajos con condicones precarias.

viernes, 7 de diciembre de 2007

¡El ESTRÉS EL PRINCIPAL DETONANTE DE LOS ACCIDENTES LABORALES!


La última encuesta de condiciones de trabajo elaborada por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el trabajo, refleja que más de la mitad de los empleados entrevistados padecía algún tipo de tensión como consecuencia del desempeño de su oficio. De hecho, el estrés laboral está considerado por la Unión Europea como el segundo problema de salud más frecuente tras los trastornos musculoesqueléticos. Su incidencia en el viejo continente genera un coste anual superior a los 20.000 millones de euros. Una cifra nada superficial.
Las causas son:Montañas de papeles imposibles de abarcar, malas relaciones con los compañeros, cambios en las funciones dentro de la empresa o incertidumbres sobre el futuro profesional. El abanico de situaciones que llegan a agobiar a los profesionales es tan amplio como la variedad de patologías en las que acaba manifestándose esta tensión.Así, según recuerdan los expertos, además del conocido cansancio, alteraciones del sueño o cefaleas, el estrés puede generar depresión, ansiedad, apatía, falta de concentración, afecciones cardiovasculares, digestivas, respiratorias o neurológicas. Puede aparecer de muchísimas formas, tanto a través de enfermedades de índole mental como físicas. También se dan muchas manifestaciones somáticas de las situaciones estresantes, que pueden provocar desde irritaciones de colón a afecciones dermatológicas.Respecto a la duración de estas bajas, el coordinación provincial de la unidad de valoración de incapacidades aclara que el tiempo depende mucho de la patología que lleve aparejada. 'En el caso de los trastornos de ansiedad puede ir desde una semana para descomprimir al paciente hasta una larga temporada. Cuando generan cervicalgias -problema que suele agudizarse con el estrés- la retirada se prolonga desde 15 o 20 días a varios meses'.Mujeres y jóvenes son los colectivos más expuestos a este mal laboral que afecta sobre todo a los directivos, con un 28,7 por ciento, seguido de los profesionales científicos (23,6 por ciento), los que tienen estudios universitarios (21,8 por ciento), los técnicos (19,6 por ciento) y los trabajadores cualificados de agricultura y pesca (19 por ciento). Además los empleados que prestan ayuda a terceras personas como policías, bomberos, cuidadores o trabajadores sociales también padecen altos niveles de estrés, junto a profesionales sanitarios, docentes o funcionarios.